viernes, 15 de enero de 2010

El destino se muestra en signos e indicios que parecen insignificantes pero que luego reconocemos como decisivos. Así, en la vida uno muchas veces cree andar perdido, cuando en realidad siempre caminamos con un rumbo fijo, en ocasiones determinado por nuestra voluntad más visible, pero en otras, quizá más decisivas para nuestra existencia, por una voluntad desconocida aun para nosotros mismos, pero no obstante poderosa e inmanejable, que nos va haciendo marchar hacia los lugares en que debemos encontrarnos con seres o cosas que, de una manera o de otra, o han sido , o van a ser primordiales para nuestro destino, favoreciendo o desbordando nuestros deseos aparentes, ayudando u obstaculizando nuestras ansiedades, y, a veces, lo que resulta todavía más asombroso, demostrando a la larga estar más despiertos que nuestra voluntad consciente.
Pero no creo en el destino como fatalidad, como en la tradición griega, o en nuestro tango: "Contra el destino, nadie la talla". Porque de ser así, ¿Para qué les estaría escribiendo? Creo que la libertad nos fue destinada para cumplir una misión en la vida: y sin libertad nada vale la pena. Es más, creo que la libertad que está a nuestro alcance es mayor de la que nos atrevemos a vivir. Basta con leer la historia, para ver cuántos caminos ha podido abrir el hombre con sus brazos, cuánto el ser humano ha modificado el cierto de los hechos, Con esfuerzo, con amor, con fanatismo.
- La Resistencia -
Ernesto Sábato

1 comentario:

Pam de Pointe du Lac dijo...

Y qué hacer cuando en la micro se suben a cantar "Triste Canción de Amor" de La Renga?