A propósito de la celebración del dia internacional de la mujer, el cual busca la reinvindicación de los derechos inherentes que tenemos, me dejó pensando una situación vivida recientemente. Para mí el ser mujer representa un orgullo inmenso, algo que se siente profundo en el pecho. Y se refleja en cosas tan bellas y a la vez crueles, como lo es estar en cada segundo de vida de un bebé que la naturaleza quiso llevar anticipadamente. Tener le coraje de sostener y acunar sabiendo de antemano el pronóstico, me conmueve y me hace sentir una profunda admiración. Y por otro lado cosas tan simples como que te lleven una torta en el metro o te hagan un espacio para poder entrar. Son muestras de amabilidad por parte de las féminas que quizá no se esperan pero llenan de felicidad.
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