En la sala de espera
sin nombre ni rostro
libre de los pasos violentos
que destrozan el camino.
De la memoria que destruye
como un ácido al alma
cráneo vacios de esperanzas
ilusiones convertidas en humildes piedras
y el corazón latiendo para siempre en el mismo punto.
sin nombre ni rostro
libre de los pasos violentos
que destrozan el camino.
De la memoria que destruye
como un ácido al alma
cráneo vacios de esperanzas
ilusiones convertidas en humildes piedras
y el corazón latiendo para siempre en el mismo punto.
Yo había atravesado la vida
como un balazo durante 43 años
hasta que naciste tú.
Saltamos la barrera del tiempo
Nuestras almas milenarias pudieron encontrarse
tu sabias que algún día tendrías que asistir a mi muerte
dejarme disolver en tu memoria
yo sabía que debería impedir tu suicidio
convencerte que continuaría invisible junto a ti.
El presente se convirtió en joya
a la que transformamos en esfera
danzando con los astros
alrededor del ojo de Dios.
Con euforia mezclada de tenebrosa angustia
vimos la eternidad en cada segundo
y al infinito acurrucado como un gato junto a nuestros pies
nuestros corazones aprendieron a latir al mismo ritmo
conversamos sin cesar con las bocas pegadas
una junto a la otra
le dimos a nuestros cuerpos cadáveres
el orgasmo que nos vestía de ángeles
los ruidos invasores se convirtieron en música.
Y la manzana que ambos mordimos
adquirió el sabor del elixir de la vida sin fin.
Qué más se puede pedir?
hay íbamos felices hacia el exterminio
como el sol y sus planetas
como las mileadas de universos
de exterminio que es pantano
dando origen a la sublime flor de la consciencia
cuyo aroma es el amor
A. Jodorowsky
1 comentario:
Y que fuerte podía ser el amor cuando se tiene la eternidad para alimentarlo.. Preciosa la jornada con Jodorowsky!
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