Como una sombra, como un veneno que recorre mis venas, como la condena eterna que guia mi destino, como ese karma no resulto que debo pagar. Es casi surrealista la manera en que los gemelos encantan mis sensaciones. Si bien en un comienzo pudo ser algo provocado, buscado y siempre con una predisposición, ahora es una verdadera condena. Y es que esos ojos que absorben la luz que los rodea, esa mirada fija que congela mi corazón, esa intensidad que acelera mi respiración, sólo me remite al inicio. Al inicio de mi existencia maldita por ti presencia milenaria. Los rostros se superponen, los nombres cambian, los años pasan, los lugares mutan.. Pero la esencia, corazón, la esencia queda. Y estoy nuevamente allí, al borde del abismo, con unas ganas inconscientes de lanzarme y perderme una y otra vez de manera inexorable.
1 comentario:
Siempre supe que fue un 14. No podía ser de otra manera.
.Estas en mi destino.
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