Una nueva oportunidad para sentirse con vida y darle forma a toda esa pasión que habita en nuestra esencia y que en ocasiones como esta se desborda como ese veneno que corre por nuestras venas.
Tratar de describir esto con las palabras justas; imposible, este sentimiento escapa a cualquier forma racional de entendimiento, es una energía frenética que se lleva en la sangre, que envuelve y que te hace salir en la mañana detrás del sol, en busca del secreto que trae el viento.
Y así, una simple reunión que año a año convoca a más fieles, se convierte en un banquete de proporciones inimaginables, donde cada uno hace detonar sus propios sueños que quedan despedazados por mil partes, donde nuestras gargantas son la unión entre el cielo y la tierra, esa tierra que vibra con cada angel caído que grita una y otra vez “Tal vez vivir cueste el pecado”.
Ya es de noche, y la luna se posa sobre los techos de esta capital anhelante de sensaciones, llena de una fuerza arrebatadora, una pasión que te hace pensar que no existe ciencia, donde te das cuenta que no da refugio el cielo, pero sin embargo tú sigue ahí, insoportablemente vivo… y, ¿ Al final qué importa ? si tanto vértigo es la vida y no hay mas que hacer sólo subirla y son estos los momentos que te demuestran que si hay vida, habrá esperanza… Y nuestros sueños se cumplen, porque es tu canción la que se escucha en nuestra voz…
Y que ganas de que montados en Harley crucemos el mas allá, porque si el final es en donde partí y la ruta sigue mas allá de las luces de la autopista, y poder así encontrar la suerte que le ha tocado a la estrella que nos ha de guiar, para poder darle luz a nuestra eternidad, porque el deseo de morir queriendo ser libre se va forjando cada vez con mas fuerza en nuestras almas, donde no se puede destruir todo el sueño sin soñarlo, porque simplemente lo llevamos con tanta fiebre en la piel… Y así, seguimos disfrutando de esa hierba buena que crece con la lluvia y el rayo de sol, ese sol que nos cobija en sus brazos, donde no nos deja alejar ni tampoco acercar demasiado…
Y todos somos felices, felices porque preferimos la rebelión antes de vivir padeciendo en esta ciudad, donde en la esquina del barrio es posible encontrar al diablo y a la muerte con una botella en la mano…
Y luego de todo este recorrido, cuando el corazón pide un descanso después de haber estado mas de dos horas latiendo a mil, queda una pregunta en nuestras mentes, una pregunta que hiela la sangre… ¿ Es posible que el sentimiento que nace en nuestro pecho crezca cada día mas ? O seria mas sencillo cortarla y olvidarla ? pero de ser asi ¿ No caeríamos bajo la maldición de ser felices siendo tristes ?... Pero todas estas interrogantes quedan resueltas con solo presenciar un concierto de La Renga, el mismo que este 18 de enero me deja con un pensamiento final… No me digás adiós, sólo decime hasta siempre…