martes, 22 de enero de 2008

Triste Cancion de Amor


Ella existió solo en un sueño
y él es el poema que el poeta
nunca escribió.
Y en la eternidad los dos
unieron sus almas
para darle vidaa esta triste canción de amor.

Él es como el mar
y ella como la luna
y en las noches de luna llena
hacen el amor.
Y en la eternidad los dos
unieron sus almas
para darle vidaa esta triste canción de amor.

Él es como un dios
y ella como una virgen
y los dioses les enseñaron a pecar.
Y en la eternidad los dos
unieron sus almas
para darle vidaa esta triste canción de amor

martes, 15 de enero de 2008

Mi Esencia .. LaRenga



Y morir queriendo ser libre… Que mejor frase que de seguro identifica a la mayoría de los rengueros que llegaron de los más profundos rincones para ver a esta banda que se lleva en la sangre. Aceptamos dichosos la invitación que nos hace el rey de un mundo perdido, porque sabemos que nos espera el gran banquete que saciará nuestra condena a la sed de ser, ya que estando a tu lado no importa si caemos en la boca del lobo, sólo importa estar ahí, perderse en el vertiginoso ojo del huracán, fundirse junto a la esencia del maldito rock.
Y ya no es sólo en un rincón de la sierra donde un par de ojos negros te pueden robar la ilusión, sino que también en el baldío de los misterios donde es posible romper el tiempo ya que estamos acostumbrados a comenzar el mundo hoy, en cada nueva reunión donde libre se lleva la mente que es posible sentir como la sangre en inquieta en nuestras venas y nos invita a ver la tierra bañada de sol, recorriendo juntos la ruta 40.
Y porque cada día queremos vivir alucinados seguimos de cerca la suerte que la ha tocado a la estrella que nos ha de guiar y un trueno con tu voz nos devuelve la fuerza cuando las horas se disuelven con mágica rapidez y es posible ver a la luna que se posa sobre los techos de esta ciudad porteña rebosante de energía, de aguante, de entrega. … Y con ganas de un viajecito para el más allá seguimos buscado en el cosmos de la mente la respuesta de quien dio a luz al primer sueño, que de seguro no imaginó todo lo que esto significaría, y menos que habría muchos dispuestos a quedar despedazados por mil partes porque ninguno vive anestesiado y hacemos hasta lo imposible para salvar nuestros sueños.
Finalmente, sentados al borde del abismo más profundo de nuestro corazón, se queda en nuestros oídos una triste canción de amor y la pregunta ¿En qué lugar habrá consuelo para mi locura? locura compartida por las más de cuatro mil almas que llegaron la noche del 12 a un encuentro inolvidable y que sin duda se fueron a casa con el corazón que rebalsaba del pecho y en el cuerpo con la misma frase que se fundió a fuego en mi sangre… Sólo el hecho de encontrarte para mi le da sentido a mi vida.





jueves, 10 de enero de 2008



¿ Serán sólo cuentos de hadas?
Y si no es asi, acaso no he vivido mucho tiempo en ellos?
Ficcion o realidad. No lo sé.
Pero viviré lo que tenga que pasar. Ya está decidido.
.. Quizás por esas casualidades que tiene el destino, llegara el principe que rescatara a la Doncella del castillo lúgubre en el que se encuentra ..

domingo, 6 de enero de 2008

[El Otro Yo]

Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacia ruido cuando comía, se metía los dedos a la nariz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando. Corriente en todo menos en una cosa: tenia Otro Yo.
El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba con los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse incómodo frente a sus amigos. Por su parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.
Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañana siguiente se había suicidado.
Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser enteramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó. Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió a la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le llenó de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: “Pobre de Armando. Y pensar que parecía tan fuerte y saludable”.
El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir autentica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.


Mario Benedetti