domingo, 30 de diciembre de 2012

Como una adicción. Como un psicotrópico. Como un medicamento endovenoso que entró en mi sangre y me causó dependencia.. Y es que el candor de tus labios embrujó mis sentidos y cautivó cada parte de mi piel, piel que besas con la misma ansiedad con que beso tu cuello, sintiendo tu pulso, acelerando tu respiración.
Es imposible escapar de este juego macabro de sabores, ilusiones y sentimientos. Cada uno cayó en sus redes, ingenuos y desconociendo todo lo que vendría.. Pero la quimica es así, y nosotros, conjunción de divina alquimia, somo el reflejo de la tórrida pasión que cualquier mortal desearía vivir.

1 comentario:

Pam de Pointe du Lac dijo...

Eso es lo que somos, cariño.