"Antes que nada, deberías tener el derecho a ser engendrado por un padre y una madre que se amen, durante un acto sexual coronado por un mutuo orgasmo, para que tu alma y tu carne obtengan como raíz el placer. Deberías tener derecho a no ser un accidente ni una carga, sino un individuo esperado y deseado con toda la fuerza del amor, como un fruto que ha de otorgar sentido a la pareja, convirtiéndola en familia. Deberías tener el derecho a nacer con el sexo que la naturaleza te ha dado. Deberías tener el derecho a ser tomado en cuenta desde el primer mes de tu gestación. En todo momento la embarazada debería aceptar que son dos organismos en vías de separación y no uno solo que se expande. De los accidentes que ocurran en el parto nadie te puede acusar. Lo que te sucede dentro de la matriz nunca es culpa tuya: por rencor a la vida, la madre no quiere parir y, a través de su inconsciente, te enrolla el cordón umbilical alrededor del cuello y te explusa, incompleto, antes de tiempo. Porque no te quiere entregar al mundo, ya que te has convertido en un tentáculo de poder, se te retiene más de nueve meses, secándose el líquido amniótico y tu piel siendo quemada; se te hace girar hasta que tus pies y no tu cabeza comienzan el deslizamiento hacia la vulva, así van al nicho los muertos, con los pies para delante; se te engorda más de la cuenta para que no puedas pasar por la vagina, siendo sustituido el alumbramiento feliz por una fría cesárea que no es un parto sino la extirpación de un tumor. Negándose a asumir la creación no colabora con tus esfuerzos y solicita la ayuda de un médico que te oprime el cerebro con un forceps; porque padece una neurosis de fracaso, te hace nacer semiahogado, azulado, obligándote a representar la muerte emocional de quienes te engendraron..."
2 comentarios:
La Danza de la realidad - Jodorowsky
Pensé que sería más fácil
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