lunes, 7 de noviembre de 2011

FiebreAmarilla



Hace 140 años, la Argentina entraba en pánico por la mayor epidemia de fiebre amarilla. No se sabía que la infección era causada por un virus, ni tampoco que la transmitía un mosquito –el Aedes aegypti , que también transmite el dengue– en las ciudades. Si bien hoy existe una vacuna preventiva, “la posibilidad de que se desencadene una nueva epidemia de fiebre amarilla es aún una amenaza... El foco de la epidemia de fiebre amarilla se desató en diciembre de 1870 del año anterior en Paraguay. Los primeros casos en Argentina se detectaron en Corrientes. “Los soldados que regresaban de la Guerra del Paraguay fueron los probables introductores del virus”, cuenta Tomás Orduna, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero.

Los primeros casos en Buenos Aires se detectaron el 27 de enero de 1871. Y la epidemia fue aplastante . Murió el 8% de la población porteña: 14 mil personas . Se detectaban los síntomas (dolor de cabeza y musculares, sofocos, inapetencias) pero nadie sabía de qué se trataba . “Algunos pensaban que podían por ser cuestiones de putrefacción”, comenta Alfredo Seijo, jefe de zoonosis del Hospital Muñiz y orador en el congreso.

Recién en 1881 el médico cubano Carlos Finley propuso que la fiebre amarilla era transmitida por un mosquito, aunque no le reconocieron su descubrimiento de inmediato. El virus que causa la infección recién fue aislado en 1927 en Africa , y permitió desarrollar vacunas que hoy –con algunas variaciones– se siguen utilizando.
“El médico Francisco Muñiz, que atendió a muchos enfermos, había advertido en un libro que los soldados podían traer nuevas enfermedades al país”, recordó Seijo. En el momento de la epidemia Buenos Aires no tenía muchos hospitales. Se abrió un lazareto para el aislamiento en Azcuénaga y Paraguay. Muchos vecinos abandonaron la zona sur de la ciudad hacia el norte. El cementerio que estaba frente al actual edificio del Muñiz fue cerrado porque se llenó de cadáveres , y se habilitó el de la Chacarita. Sin tratamientos específicos, y con la llegada del invierno, la epidemia cesó . Y la salud pasó a integrar la agenda política.

1 comentario:

Pam de Pointe du Lac dijo...

Esto explica la arquitectura zonal de Buenos Aires =)