miércoles, 20 de septiembre de 2006

Arte&Sangre




El Vampiro


Tú mi alma entera has invadido
Como un siniestro vendaval;
Tú en mis entrañas te has metido
Como la hoja de un puñal.
Tú de mi espíritu humillado
Has hecho tu cubil de hiena,
Infame, al que estoy ligada
Como el esforzado a su cadena
Como a su juego el jugador,
Como el borracho a su botella,
Como el cadáver al roedor;
¡Dios te maldiga, siempre bello!
Pedí al puñal mi libertad,
Dando con él sobre tu pecho:
Pedí sus filtros al veneno
Para ayudar mi voluntad.
Pero ¡ay! Los dos han respondido
Con desden a mi inquietud:
“tú no has de verte redimido
De tu maldita esclavitud”
¡Loco!... si un día lo veías
A tus pies muerto y sin respiro
Con besos resucitarías
“Tú no has de verte redimido
Aquel cadáver de vampiro”


Baudelaire

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